El exagrama o sello de
salomón es una figura plana dibujada con dos
triángulos equiláteros de tal forma que todos los lados quedan paralelos y los
incentros (intersección de los tres bisectrices) se superponen. A la primera
vista un vértice de un triángulo apunta hacia arriba y el otro vértice del triángulo complementario apunta hacia
abajo. Otro trazado del exagrama es mediante un hexágono regular al que se le
dibujan seis triángulos equiláteros alrededor.
Esta primera aproximación al
exagrama sería su aspecto formal. Para llegar a una comprensión profunda de
esta figura en la historia del arte debemos conocer su significado; es decir, el símbolo que subyace a la forma visible del exagrama. Una parte es la forma y otro el contenido; en historia del arte se ha llamado iconografía
e iconología, y ambas especialidades forman un todo.
La comprensión de este
símbolo hay que enmarcarlo en el pensamiento de la época donde fue creado, su
concepto del mundo, el contexto social y cultural, la historia de los símbolos,
la religión y la filosofía de los creadores. La iconografía responde a la
pregunta. ¿cómo se dice?, la iconología responde a ¿para qué se dice?
A continuación se argumenta
esta vertiente iconológica.
Los números y las formas
geométricas a lo largo de la historia han querido expresar también una
simbología. El exagrama para los antiguos representaba la dualidad de elementos
opuestos conciliados en una unidad.
El triángulo con el vértice
hacia arriba encarnaba la divinidad, el cielo. El triángulo con el vértice
hacia abajo significaba la materia, la tierra.
Cielo y tierra dos elementos
diferentes unidos en uno sólo. Por este motivo era un símbolo del Universo
Total, del Macrocosmos.
Otras lecturas que podemos
hacer de los dos triángulos equiláteros serían las siguientes:
Triángulo con el vértice
hacia arriba: mundo invisible y espiritual, masculino, divinidad, fuego,
inspiración, pirámide, montaña, espíritu, inconsciente, órgano sexual
masculino.
Triángulo con el vértice
hacia abajo: mundo visible y material, tierra, femenino, materia, agua,
espiración, gruta, cueva, cuerpo, consciente, órgano sexual femenino.
La Estrella de David o Sello de Salomón también simboliza sabiduría. Otra interpretación es la unión del número del padre (3) y el de la madre (2), o 2 X 3; atendiendo a la utilización simbólica de los números.
La Estrella de David o Sello de Salomón también simboliza sabiduría. Otra interpretación es la unión del número del padre (3) y el de la madre (2), o 2 X 3; atendiendo a la utilización simbólica de los números.
Ambos triángulos unidos son la fusión de elementos opuestos, la conciliación, la armonía, el
entrelazado de contrarios en una unidad indisoluble. Equilibrio de fuerzas
opuestas pero complementarias.
La representación de la comunión entre el mundo celestial y mundo terrenal para representar el Universo,
lo encontramos de múltiples formas en la historia del arte y las religiones. Lo
hallamos en las catedrales, sinagogas y en el símbolo chino del yin-yang.
Desde un punto de vista de
geometría, el número seis y el hexágono, es una síntesis de las seis
direcciones del espacio y el tiempo. Si atendemos al espacio lo organizamos en
las direcciones: norte, sur, este, oeste, cénit y nadir. Los seis lugares
alrededor de un ser humano. El centro
del exagrama es la propia persona, el observador. Por lo tanto tenemos seis
direcciones irradiadas en el espacio más un centro de observación. Dicho de
forma numérica: 6 + 1 = 7. El mágico número siete.
Desde un punto de vista
simbólico estas seis direcciones del espacio permiten la creación del Cosmos, y todas las direcciones parten de un punto único principal. Las seis
direcciones son divinas y el centro desde donde se expanden es el punto
primordial creador, o la Unidad
múltiple, la causa primera. Ese punto como corazón que no es visible pero se
intuye. Esto nos permite interpretar mejor el exagrama y su abundante
simbolismo. Podemos establecer un paralelismo entre los seis días de la Creación Bíblica
(seis direcciones del espacio) , y el séptimo día: “descansó de toda su obra” (
el centro creador ). El número siete en el exagrama es el centro Unidad.
La divinidad entendida como
la suma de todo espacio y tiempo.
La naturaleza utiliza como base de construcción de patrones el número seis y el hexágono. Sobre todo lo podemos encontrar en las formas inorgánicas como: copos de nieve, cristales de minerales (aragonito), estructura atómica de elementos (carbono), las columnas solidificadas del basalto,... Esta tendencia de la naturaleza a compactar las cosas en paquetes hexagonales produce un orden interno y externo eficiente.
Algunos seres vivos también han visto las ventajas de la organización hexagonal y la utilizan, como los panales de las abejas. La racionalidad de las colmenas consiguen aprovechar el máximo espacio con el mínimo de estructura, conectando las celdas hexagonales con poca materia. Del mismo modo los granos del maíz se encajan unos con otros con formas de hexágonos irregulares.
Exagrama.
Estrella de David.
Sello de Salomón.
Galería
La estrella de David o sello de Salomón está dibujada con dos triángulos equiláteros invertidos.
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